Acaba de culminar la cumbre del G20 en Rio - Brasil, uno de los foros multilaterales más importantes del planeta, sin mayores logros y dejando muchas tareas pendientes. Lo que pudimos ver en esta cumbre fue como los gobiernos han visto reducir sus capacidades para lograr acuerdos, como se difieren decisiones que cada vez son más urgentes y demandan acciones concretas o como el debate ideológico puede opacar discusiones relativas a los problemas comunes y globales.
Esta cumbre es el reflejo de lo que viene sucediendo desde hace más de dos décadas, donde la gobernanza global se está viendo afectada por los cambios sociales, económicos y culturales que viene experimentados la sociedad. Las reglas y el orden establecido luego de la II guerra mundial hoy están bajo una discusión y no son pocos los gobiernos que comienzan a criticar o colocar sobre el tapete la necesidad de revisar este modelo.
Hoy frente a la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, se ven entrevistas, analisis y declaraciones que dejan clara la enorme expectativa que tiene el mundo frente a un liderazgo tan personal y muchas veces indescifrable como el de Trump, son muchas las interrogantes sobre como será el desempeño o la guía que va a marcar este segundo periodo y están muy presentes en los centros de decisión global todo el récord que fue el primer mandato, sus impactos y consecuencias.
Sin embargo, pareciera que la llegada de Trump se utiliza para mostrar una especie de amenaza al orden global, que su triunfo significa la ruptura de muchos acuerdos y en muchos casos, pudiera ser el inicio de un nuevo modelo de relaciones internacionales. Trump quizás es presentado como el player que va a transformar la actual situación del planeta y que su plan de América First puede terminar siendo un elemento desestabilizador o trasformador del actual orden.
En lo personal, creo que Trump hoy no puede ser el líder que viene a transformarlo todo o como quizás algunos piensan, viene a destruirlo todo. Muy por el contrario, el nuevo presidente de los Estados Unidos es a mi manera ver, un reflejo de los cambios reales que vienen provocándose en el mundo, una consecuencia de un orden que ya no encuentra capacidades en el actual status quo.
Porque no se trata de Trump y su retorno a la Casa Blanca, sino de una serie de eventos que vienen marcando una clara necesidad de repensar las reglas que se construyeron y las instituciones que se crearon en el último siglo para permitir la paz y la gobernanza global. El mundo viene pidiendo cambios y son varios los elementos que pueden confirmarlo, aquí destacamos algunos:
- El gran ascenso de China y su nuevo rol en la escena global, el crecimiento exponencial que ha experimentado el gigante asiático desde hace más de dos décadas lo ha colocado como una de las potencias económicas del planeta. China ha perfilado un crecimiento y unas capacidades que lo han colocado a la par de las grandes potencias del mundo, su desarrollo industrial y tecnológico, las enormes inversiones dentro y fuera de su territorio, su capacidad de producción de bienes y servicios hace de China un país en competencia y muy influyente en la economía global. A la par de este desarrollo económico, viene construyendo nuevas capacidades militares y sobre todo ejerciendo una presencia relevante en las dinámicas económicas y políticas de muchas regiones del mundo, su proyecto de la Nueva Ruta de la Seda es la mejor muestra de como China pretende ser actor decisivo en el desarrollo y progreso de muchos países, nada más contar su actual presencia en Latinoamérica donde es un gran socio comercial en buena parte de los países de esta región, da cuenta de su intención de ser un actor determinante.
- Junto a China también encontramos a los BRICS que ahora se le suma el apellido PLUS con la incorporación de nuevos países. Este bloque que tienen larga data en su creación ha tomado un nuevo impulso y se pretende como factor para promover cambios en la gobernanza global y en las instituciones internacionales, estos países emergentes que hoy acumulan el 36% del PIB global, un tercio de la producción petrolera del planeta y que además agrupan a más del 40% de la población mundial, busca tener un nuevo espacio en la escena global, quieren ser actores decisores e influir de forma clara en la estructuración del orden mundial. Los BRICS Plus están empujando y proponiendo cambios, están solicitando su espacio y de forma definitiva van a impactar a mediano plazo.
- La exigencia de transformar la estructura y procesos dentro de las Naciones Unidas también indica que la principal organización internacional del planeta hoy se muestra desactualizada, muy burocrática y con baja capacidad para lograr la resolución de los conflictos que hoy presenta el mundo. El propio secretario general del organismo en más de una ocasión ha expresado la necesidad de ir hacia una transformación de la institución, en su discurso en la Asamblea General de 2024 volvió a insistir en una reforma de la arquitectura financiera global, advirtió que el statu quo está agotando su poder y que de no adelantar las reformas necesarias estaremos avanzando hacia la fragmentación.
- Las violaciones al derecho internacional, la desatención a muchos acuerdos internacionales y la inobservancia del derecho internacional humanitario ha dejado de ser una excepción para convertirse en formas de actuación regular de muchos países. Desde la invasión de Irak o Afganistán, pasando por la anexión de territorios en Georgia, la invasión de Rusia a Ucrania, el conflicto en el medio oriente, las guerras civiles en el África, el crecimiento de regímenes autocráticos y violadores de DDHH en el mundo, todos estos eventos vienen siendo en buena medida aceptados y no se garantizan medios ni mecanismos internacionales para encontrarles solución. Hoy el planeta vive en más tensión, guerra y conflicto que hace dos o tres décadas.
- Las nuevas tecnologías con sus empresas e instituciones han transformado la vida en el planeta, una ciudadanía global hiperconectada, digitalizada, con acceso a información ilimitada y en tiempo real, ha gestado no solo nuevas demandas sino nuevas expectativas que están presionando reformas, que generan malestar y que han creado nuevos modelos de organización social. Los avances de la inteligencia artificial apuntan a cambios profundos en las dinámicas económicas, sociales y culturales en el planeta, el algoritmo como factor presente y muchas veces dominante en la vida de miles de millones de personas está provocando nuevos espacios, nuevas formas de comunicación e interacción. El poder financiero, cultural, de información y social que hoy acumulan las grandes compañías tecnológicas juegan de forma decisiva en la dinámica global y muchas veces orientan los cambios en muchos países y sociedades.
Hoy los gobiernos tienen problemas para poder atender las múltiples y cada vez más complejas demandas de sus sociedades, se ven en muchos casos paquidérmicos e ineficientes. Es por ello que estamos en presencia de un auge de movimientos y líderes populistas, de incremento en la polarización política y en la desigualdad social.
El mundo está cambiando y existe una presión para que las instituciones cambien, la llegada por segunda vez de Trump a la Casa Blanca no es quien va a iniciar la transformación del mundo, es quizás la muestra más clara de que el mundo ha decidido buscar nuevos espacios, nuevas propuestas, nuevas formas y quizás nuevas preguntas ante una realidad que es cada vez más compleja y ante una sociedad global que cada vez está más interconectada. Trump es el reflejo y posiblemente también una las fuerzas para seguir provocando cambios, pero el planeta ya venia cambiando mucho antes de las recientes elecciones en Estados Unidos.