Una Mirada a las SANCIONES


 Mucho se habla de las sanciones que tiene Venezuela y la nomenclatura que tiene el poder, esto ha pasado a ser uno de los temas de la agenda pública nacional.

Cada vez, se suman sectores y grupos de la sociedad venezolana que se refieren a las sanciones y elevan sus posiciones de manera pública en ese sentido.

Frente a ello, queremos dejar una  nueva aproximación a este tema, aportando algunas ideas para seguir en esta discusión:

1- LAS SANCIONES SON UNA HERRAMIENTA DE PODER, las potencias del mundo usan los procesos sancionatorios porque pueden y porque quieren y está es una primera realidad.

USA, Unión Europea, Rusia o China, son poderes que tienen posibilidad de aplicar sanciones, limitaciones y vetos a otros países, incluso entre ellos.

Y estos mecanismos son la expresión del uso del poder, de la capacidad de limitar el ejercicio de un gobierno, de la factibilidad de aplicar presión real sobre las estructuras de poder que se instalan en un país. 

Las razones pueden ser variadas, pero en casi todos los casos, se definen por intereses de quien sanciona.

Por ello, LAS SANCIONES SON EXPRESIÓN DE PODER y así deben entenderse, así deben aceptarse y sobre todo, así debe comprenderlas el gobierno que se ve afectado.

2- LAS SANCIONES NO SE LUCHAN, SE NEGOCIAN, colocar sanciones es una decisión difícil para las administraciones de las potencias, pero también son fáciles de instalar. Las rapidez o profundidad depende siempre de los poderes en juego dentro del sistema del país sancionador

Lo difícil es desinstalar o dejar sin efectos las sanciones una vez que se aplican. Porque requieres incluso mayores acuerdos políticos, institucionales e incluso internacionales que los que se necesitaron para su aplicación.

Es muy difícil ver un desmontaje total de sanciones por parte de un país en un solo tiempo, en la mayoría de los casos esto sucede de forma paulatina e incremental.

Pero para lograr esta posibilidad es necesario que el gobierno sancionado, pueda ofrecer certezas y ejecutar acciones que confirmen el cambio de forma y aptitud que generaron las sanciones. Es decir, ningún gobierno logra salir de sanciones si no está dispuesto a cambiar.

Por eso, la mejor vía para lograr salir de las sanciones ES NEGOCIARLAS , es ofrecer caminos y opciones que permitan recomponer las relaciones entre los gobiernos, dar rutas para generar confianza y  generar alternativas viables, posibles, sostenibles y sobre todo creíble.

Pueden existir otras formas, pero nada será mejor que negociarlas.

3- LA DENUNCIA EXIGENTE DE LA SANCIONES, SIMPLEMENTE NO LOGRA NADA, vociferar, exigir, hacer condena pública de las sanciones, puede servir como política comunicacional pero no sirve para lograr su desmontaje.

Las potencias que imponen sanciones son poco susceptibles a cambios de la opinión pública en los países sancionados o  presiones en organismos internacionales. Sólo un ejemplo, Cuba lleva décadas ganando votaciones, estableciendo declaraciones y logrando mociones sobre el bloqueo, pero esto sencillamente no ha logrado un cambio real en la política norteamericana.

El derecho a quejarse es legítimo, el de reclamar es válido, pero esto no puede convertirse en la estrategia privilegiada si se quiere desmontar sanciones.

Las sanciones afectan al país que las recibe, más si estas se extienden en tiempo, pero impactan de forma determinante al poder, a los funcionarios y sobre la capacidad de hacer gestión.

Estas ideas pueden abonar a una discusión que lleva tiempo en el país.